Unos días antes de nochebuena, tras las clases de apoyo en casa, llamaron al tlf.. Era la directora de una escuela infantil. Tenía una vacante a jornada completa por una baja de maternidad, quedé con ella y asistí a la entrevista, parecía que el pan ya estaba repartido. En estos tiempos, cuando te llaman es porque el puesto suele ser tuyo si no haces ninguna locura :P
Era una escuela infantil homologada, se vendían como bilingües, preocupados por los niños y sus familias, cercanos y con pedagogía bastante activa.
Como seño, para empezar, pintaba bien y ... sinceramente, después de casi 4 años de paro,una coge lo que sea.
Trabajé con ellos 8 meses en una jornada muy extensa por casi la mitad del salario de lo debía recibir, pero estando en casa, esto ya no era lo importante, porque era el primer trabajo con contrato, serio y aprendí mucho llevando mi propia clase.
El centro tenía cosas buenas que en la ciudad, no se llevaban a cabo en otros coles, como por ejemplo:
- Llevaban a cabo una educación emocional y de valores que iban inherentes en la rutina escolar donde cada niño debía saber tratar y cuidar a sus compañeros, a las seños, juguetes, el centro, etc.
-Los niños seguían una serie de rutinas y eso les proporcionaba una estimulación mayor porque no estaban pendientes de qué iba a venir, si no de aprender lo que se les ofrecía.
-Se tenía mucho cuidado en la comunicación; la forma de hablarles a los niños y a los padres. Se evitaba el castigo, intentando una pedagogía más sana.
Fueron muchas, las cosas buenas y las recompensas y alegrías que me dieron aquellos renacuajos en su día a día, ver cómo fueron mejorando y superando algunas dificultades que tenían, ver cómo explotaba su lenguaje y comenzaban a charlar sin descanso. Fue algo precioso, ver cómo buscaban mi calor, mis abrazos, cómo me recibían con una sonrisa....
diumenge, 28 de desembre del 2014
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